lunes, 5 de marzo de 2012

Depresion silenciosa

Ay que rico,que flojera.
No estudiar ni trabajar provoca depresión, desánimo y ansiedad, dicen los expertos en sociología y salud mental. Entre más tiempo dure una persona en esta condición, los efectos serán más profundos. Puede llegar a significar marginación e inadaptación social severas. Tenemos un problema enorme y le ponemos enfrente soluciones pequeñas. Lo que hagamos con los jóvenes determinará nuestra viabilidad, como país. Son millones de ilusiones perdidas, cientos de miles de proyectos no realizados y una herida social de cicatrización complicada.



el nini está relacionado con dos realidades psicológicas, la inseguridad y el miedo, y sumadas las dos, dan como característica un matiz de depresión
La inseguridad y el miedo, son a la vida, a enfrentarse con las realidades y asumir el costo que supone el compromiso del trabajo continuo o la responsabilidad académica.
El futuro es incierto para ellos: son desertores de las escuelas, están decepcionados de los sueldos y prefieren no trabajar.
Saben que difícilmente podrán tener acceso a una casa propia, a un coche, al seguro social o la posibilidad de realizar un viaje al extranjero.
Son parte de una generación de mexicanos sin sueños envuelta en la pesadilla de la crisis económica.

En si  la existencia del fenómeno nini es debido a fallas en la familia, cuando ésta carece de la columna vertebral que los oriente.




“Los nini”, paradójicamente, son el futuro sin ninguna clase de porvenir y para colmo también son presa fácil para el crimen organizado, deseoso de “mano de obra” barata, según advirtió a la televisora británica el investigador Alfredo Nateras, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
“El crimen organizado es una alternativa real para ellos. Suena duro, pero muchos se preguntan ¿para qué estudio si el narco me da todo?.
Consideró que lo que el Estado ofrece no les crea sentido: “educación de baja calidad que no garantiza movilidad social ni un buen empleo”.
Hasta ahora, las autoridades desconocen el número de jóvenes que han sido empleados por el narcotráfico, pero recientemente la Secretaría de Defensa destacó que en los últimos tres años, unos mil 200 jóvenes murieron en enfrentamientos entre cárteles rivales.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Educación para los Adultos informó que en los últimos años unos 17 millones de personas abandonaron sus estudios en el nivel básico, la mayoría por necesidades económicas.






“Al final estos jóvenes van a ser una carga social o a alimentar la clandestinidad o la morgue, porque son jóvenes sin alternativa o que mueren en un tipo de acción autodestructiva como son las drogas o el suicidio, o pueden prestarse a cualquier tipo de situación por dinero”. Guillen Soto 



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